La tecnificación del campo ha llegado para quedarse. La inclusión de la tecnología en las…
La industria alimentaria está en constante evolución, impulsada significativamente por los avances tecnológicos. Estos desarrollos científicos y técnicos actuales permiten producir alimentos y bebidas que satisfacen mejor las demandas de los consumidores de manera segura, mediante procesos de producción más sostenibles y eficientes, abarcando mercados globales.
La forma de producir, transportar y consumir alimentos está siendo transformada radicalmente. Según un informe de Accenture, se estima que la inversión global en IoT alcanzará los 500.000 millones de dólares en 2020. En la industria alimentaria, esta digitalización de procesos está revolucionando la eficiencia y flexibilidad en:
Esta digitalización, junto con la vasta cantidad de datos generados, mejorará la toma de decisiones de los directivos, proporcionando un conocimiento profundo del consumidor y abriendo oportunidades para la personalización de productos y nuevas formas de interacción.
Las tecnologías de microencapsulación están permitiendo desarrollar alimentos con nuevas propiedades, más seguros y saludables, así como productos funcionales y aditivos novedosos con propiedades avanzadas que los protegen y los hacen más resistentes. Este proceso mantiene las propiedades de los productos al encapsular sustancias bioactivas en una matriz, protegiéndolas de reacciones adversas y permitiendo la liberación controlada de nutrientes. La nanoencapsulación amplía aún más este potencial.
Estas técnicas son fundamentales para innovar en:
Los métodos biológicos novedosos para la conservación de alimentos están estableciendo nuevos paradigmas en la seguridad alimentaria. Los bacteriófagos, virus que infectan y se multiplican en bacterias, tienen aplicaciones como:
Aunque los bacteriófagos no siempre son favorables (por ejemplo, en procesos de fermentación láctea), ya hay productos aprobados por la FDA contra patógenos como Listeria monocytogenes, Salmonella y E.coli, y también han despertado el interés de la EFSA.
La ciencia de los alimentos se dirige hacia el desarrollo de tecnologías que aseguren la máxima calidad con el mínimo coste y técnicas respetuosas con el medio ambiente. La aplicación de presión, como variable termodinámica, ofrece nuevas posibilidades, tales como:
La proteómica, que estudia las proteínas, se utiliza para identificar y caracterizar proteínas en procesos biológicos y buscar nuevas proteínas. Aunque sus aplicaciones en biomedicina y farmacia son bien conocidas, también tiene un impacto significativo en la alimentación, por ejemplo:
El desarrollo de envases activos con propiedades biocidas, antioxidantes o absorbedoras de gases representa un gran avance tecnológico. Estos envases interactúan con el producto alimenticio o modifican el espacio de cabecera para mejorar su vida útil. Las aplicaciones más comunes incluyen barreras al oxígeno, agentes antimicrobianos y absorbedores de etileno y humedad. Se están investigando nuevas estrategias para funcionalizar envases, evaluando la efectividad y compatibilidad de las sustancias activas, ya sea mediante recubrimientos o extrusión.