Sí, lo sabemos, nos estamos adelantando a los acontecimientos con la inclusión de la palabra…
Es la reina de todas las mesas durante la época veraniega. La lechuga está presente en prácticamente todas las ensaladas en los meses estivales, y no es casualidad: pocos alimentos son más sanos que ella. Eso sí, ser un experto en lechugas es muy difícil debido a su alta cantidad de especies, ya que existen más de 20.000 diferentes (pese a que tan sólo se cultivan unas cuantas). Su procedencia es difusa, ya que los expertos no se ponen de acuerdo en si llegó desde la India o de regiones templadas de Eurasia y América del norte.
Aquí en España, la romana es la indiscutible presidenta de las estanterías de todos los supermercados. También conocida como ‘oreja de burro’, es ligeramente amarga, de hojas largas y crujientes. Es muy verde, y la más nutritiva de todas. Además pega con todo, ya que fruta, pollo o pavo hacen siempre buenas migas con este tipo de lechuga.
La iceberg también gusta mucho por la península. ¿Por qué se llama así? Es bien fácil: esta variedad de lechuga aguanta extremadamente bien el frío. Se parece al repollo, con unas hojas crujientes y muy juntas unas con otras. Se utiliza generalmente en ensalada, tacos, sándwiches o hamburguesas.
Estas son las dos variedades más famosas en España, pero no son las únicas. La trocadero, la hoja de roble o la lollo rosso son también un magnífico complemento para nuestras ensaladas, otorgando unos sabores bien diferenciados en función de su tipo.