El traslado de las plántulas a su lugar definitivo desde los semilleros es siempre un…
Regar nuestras plantas es algo que debemos hacer para que puedan vivir, alimentarse y florecer. Sin embargo, el exceso de riego puede suponer una práctica peligrosa. No tratar con el debido cuidado nuestras plantas y regarlas en exceso puede llegar a provocar desde daños leves hasta daños muy graves, que acaben por pudrir las raíces y por ende la planta. Por ello, desde Beniplast / BeniTex queremos explicarte algunos problemas derivados del exceso de riego.
Si cuando regamos nuestras plantas nos pasamos en la cantidad que le aportamos, las raíces pueden terminar ahogándose, dado que el agua acumulada impide a las raíces absorber el oxígeno y los nutrientes necesarios para vivir.
Podemos utilizar un medidor de humedad o introducir un lápiz en la tierra y sacarlo, para comprobar si está limpio o tiene trozos de tierra pegados. En el segundo caso, la tierra estará húmeda y no será necesario regarla, mientras que en el primero, estará seca.
Además, es importante tener en cuenta que el recipiente tenga un buen drenaje para expulsar el exceso de agua.
Si la planta se muestra mustia y con síntomas de debilidad, sin signos evidentes de vitalidad, podría ser indicativo de una dificultad para absorber tanto los nutrientes como el oxígeno. Además, si no le crecen nuevos brotes, las hojas de la parte inferior, la más cercana a la tierra, están amarillas, aparecen hongos cerca del tallo, hay podredumbre en el mismo, se caen las flores o las plantas no se mantienen en el desarrollo que deberían y las hojas jóvenes se vuelven marrones, es posible que tu planta sufra exceso de riego.